Por JAVIER FRANCO

Antes de empezar a caminar

Si no caminas habitualmente es recomendable que entrenes los meses anteriores, de esta manera incrementarás tu resistencia y habituarás tu cuerpo a caminar Es muy importante esturar los músculos al empezar la etapa y después de la dura jornada del Camino. Piensa que te encontrarás con etapas muy duras, con muchas pendientes, algunas demasiado largas y si no tienes en cuenta los estiramientos, es probable que los próximos días tus músculos te pasen factura

Consejos útiles

La planificación del Camino Lebaniego está perfectamente documentada en nuestra web, pero aún así lee atentamente los siguientes consejos:

  • Ojea cada día en el mapa la ruta a seguir, fijándote en el punto de partida y llegada así como tomando referencias de las localidades por la que va a discurrir nuetra etapa.

  • Informarte con antelación de los albergues y hospedajes asegurándote que están disponibles y no llevarte ninguna sorpresa.

  • Asegúrate que cuentas con recursos para poder terminar el camino: dinero, agua… etc

  • Lleva siempre la credencial en sitio seguro y seco. Se recoje en la Iglesia del Santísimo Cristo de Santander (1,5 euros) y pude ser sellada en cualquier establecimiento de las poblaciones del camino.

  • Lleva siempre la credencial en sitio seguro y seco. Se recoje en la Iglesia del Santísimo Cristo de Santander (1,5 euros) y pude ser sellada en cualquier establecimiento de las poblaciones del camino.

  • Cada día antes de partir. Es conveniente que leas detenidamente la guía, y te informes de todo lo que puedas ver en la etapa prevista, incluso teniendo en cuenta posibles modificaciones. Ten en cuenta, si piensas salir acaso antes de amanecer, que por la mañana no se verá, y probablemente no te encuentres con alguien que te pueda informar, por lo que es interesante te enteres perfectamente del camino a seguir. Si lo haces así, aprovecharás mejor tu tiempo y no perderás nada de lo que consideres interesante. Cerciórate de que tendrás un bar o una tienda donde poder comer o comprar comida, de si hay fuentes o hace falta llenar la cantimplora, si necesitas acudir a un banco o caja, etc.Procura improvisar en lo que realmente merece la pena, pero que no tengas que lamentarte por no haber leído qué era lo más interesante que podías hacer o ver ese día.

La alimentación es muy importante

Estamos realizando un esfuerzo mayor que en nuestra vida normal y quemando más calorías, por lo que en absoluto debemos comer menos o aprovechar el Camino para perder unos «kilitos»; la alimentación la tenemos que llevar con seriedad, así como la ingestión de líquidos. Es importante lleva alguno de los siguientes alimentos: unos frutos secos, pasas, higos, nueces y chocolate, según la temporada: acaso también un poco de pan, chorizo y queso. Al desayuno y comida no hay que darles más importancia que la que tienen; tenemos que comer, pero no ser tan estrictos con las horas; no pasa nada si desayunamos a las 12 o comemos a las 5 de la tarde; para eso tenemos los frutos secos. En cuanto a las bebidas, tres cuartos de lo mismo, incluso entendemos que no hace falta cantimplora; el mayor recorrido sin agua podría ser de 15 kms.; lo que tenemos que hacer, es igual que lo que hacemos con el coche: repostar o beber agua «a tope» donde la haya, sin pretender que vayamos a encontrar agua cuando tengamos sed. Por tanto, hay que beber agua, especialmente en verano, hasta saciarnos. No obstante, para las personas que se apuran si no llevan agua, existen unas cantimploras-termos que mantienen bastante bien la temperatura. Otra solución más pragmática, ir rellenando una botellita pequeña de agua. Además hay agua en todos los pueblos, y en caso de necesidad se puede pedir en cualquier casa y tendremos oportunidad de conocer la amabilidad de las gentes del Camino. En la guía de servicios indicamos los pueblos que tienen fuente pública. En diversos bares y restaurantes, existe también el denominado «menú del peregrino», su precio es asequible y se puede comparar con el «menú del día» de cualquier casa de comidas, en precio y calidad.

El calzado

Todo aquel que ya haya hecho el Camino en alguna otra ocasión conoce la importancia de llevar un buen calzado. Los que no han tenido la suerte de hacerlo hasta ahora, es importante que consideréis esta información. No existe el calzado perfecto para el Camino Lebaniego. Ideal sería poder llevarnos un par de botas, unas zapatillas y unas sandalias para ir cambiando según lo necesitemos. Ésto, por el peso que generaría esta acción en nuestra mochila, es prácticamente inviable. Así que debemos escoger el mejor calzado para terminar esta aventura sin daños en nuestros pies. Esta selección dependerá de algunos factores a tener en cuenta como la ruta que hemos elegido y la época del año en la que la realizaremos, así como nuestras peculiaridades físicas y preferencias. El peregrino que realizará el Camino Lebaniego no tendrá que superar grandes desniveles ni enfrentarse a temperaturas extremas, lo que sí es seguro es que debe prepararse para recorrer muchos kilómetros. Por ello es muy importante la correcta selección del calzado que utilizaremos para el camino, sobre todo si pensamos realizarlo andando. El peregrino debe ir bastón en mano, mochila a la espalda y en sus pies 4 reglas básicas: comodidad, ligereza, impermeabilidad y transpiración. Sugerimos tres tipos de calzado para culminar el camino felizmente.

No se aconseja llevar botas de montaña de caña alta, pues suelen ser bastante pesadas, duras y muy calurosas. Si preferimos las botas, por la sujeción extra en el tobillo, lo ideal es optar por las de caña media e inclinada, para andar sin molestias. La inclinación en la parte posterior de la caña permite mayor movilidad y evita roces en el tobillo. Es importante que tenga un sistema de lazado que aporte buena sujeción y que la lengüeta esté acolchada para garantizar confort y nos permita avanzar con seguridad, protegiéndonos de golpes en el empeine. Los refuerzos de caucho en puntera y talón también son recomendados, pues aportan seguridad en terrenos escabrosos y evitan que se deteriore la bota. La amortiguación es primordial y en las botas suele resultar de la unión de la plantilla de espuma de EVA termo-conformada y de la entresuela de EVA moldeada. El piso es recomendable que sea de caucho carbono de doble densidad, aportando máxima adherencia y durabilidad. Para peregrinos que realicen el camino en invierno, aconsejamos que la bota incorpore membrana impermeable y transpirable. Cuando el calzado incorpora membrana impermeable estaremos más protegidos en días de lluvia, pero pueden resultar más caluroso y transpirar menos si andamos en días de calor.

No es recomendable llevar al camino las zapatillas de deporte convencionales, pues no brindan la protección suficiente. Suelen ser demasiado flexibles y, por lo general, la suela no ofrece suficiente amortiguación y agarre. Para realizar el Camino de Santiago son ideales las zapatillas de trekking. Las marcas especialistas en outdoor ofrecen modelos muy buenos que aúnan tecnología, comodidad al andar y máximo rendimiento. Son Ideales para quienes buscan libertad de movimiento, ligereza y transpiración. Son perfectas para caminar, pues además de una suela duradera que brinda excelente tracción, incorporan plantillas extraíbles y entresuela de EVA que soportan y estabilizan la pisada. Al igual que en el caso de las botas, la impermeabilidad es un factor a tener en cuenta si emprendemos el camino en invierno.

Botas

No se aconseja llevar botas de montaña de caña alta, pues suelen ser bastante pesadas, duras y muy calurosas. Si preferimos las botas, por la sujeción extra en el tobillo, lo ideal es optar por las de caña media e inclinada, para andar sin molestias. La inclinación en la parte posterior de la caña permite mayor movilidad y evita roces en el tobillo.

Es importante que tenga un sistema de lazado que aporte buena sujeción y que la lengüeta esté acolchada para garantizar confort y nos permita avanzar con seguridad, protegiéndonos de golpes en el empeine.

Los refuerzos de caucho en puntera y talón también son recomendados, pues aportan seguridad en terrenos escabrosos y evitan que se deteriore la bota.

La amortiguación es primordial y en las botas suele resultar de la unión de la plantilla de espuma de EVA termo-conformada y de la entresuela de EVA moldeada. El piso es recomendable que sea de caucho carbono de doble densidad, aportando máxima adherencia y durabilidad.

Para peregrinos que realicen el camino en invierno, aconsejamos que la bota incorpore membrana impermeable y transpirable. Cuando el calzado incorpora membrana impermeable estaremos más protegidos en días de lluvia, pero pueden resultar más caluroso y transpirar menos si andamos en días de calor.

Zapatillas

No es recomendable llevar al camino las zapatillas de deporte convencionales, pues no brindan la protección suficiente. Suelen ser demasiado flexibles y, por lo general, la suela no ofrece suficiente amortiguación y agarre.

Para realizar el Camino de Santiago son ideales las zapatillas de trekking. Las marcas especialistas en outdoor ofrecen modelos muy buenos que aúnan tecnología, comodidad al andar y máximo rendimiento. Son Ideales para quienes buscan libertad de movimiento, ligereza y transpiración. Son perfectas para caminar, pues además de una suela duradera que brinda excelente tracción, incorporan plantillas extraíbles y entresuela de EVA que soportan y estabilizan la pisada.

Al igual que en el caso de las botas, la impermeabilidad es un factor a tener en cuenta si emprendemos el camino en invierno.

La mochila

Como un caracol que se mueve con su casa a cuestas así serás tú con tu mochila. Por eso, lo primero y más recomendable es que la mochila sea de calidad:

  • De tamaño acorde a tu capacidad de peso. Cuanto más grande la mochila más llevarás y es fundamental que viajes con lo imprescindible. No es recomendable llevar más del 10% de tu peso, te puede pasar factura física.

  • Con funda protectora del agua. Muchas ya lo traen incorporado pero si no lo tienen puedes comprarla aparte. Si llevas capa con cubremochila no la necesitas.

  • Ajustable a tu cuerpo y a tu estatura. Cuanto más ajustada a tu cuerpo mejor.

Y ahora ¿qué metes en la mochila? Este es el gran reto. Nosotros además de recomendarte que viajes con lo imprescindible es cierto que si hay 12 peregrinos habrá 12 mochilas diferentes. No obstante te hacemos una posible mochila para orientarte.

  • Documentación: carnet de identidad, tarjeta de la seguridad social y credencial.

  • Botiquín: aspirinas o antiinflamatorios, Vips Vaporups para aplicarte a los pies cada mañana, evitando así ampollas y catarros, tiritas.

  • Aseo: cepillo y pasta de dientes, gel, champú y una pastilla de jabón para la ropa de tamaño mini. Toallitas húmedas y para quien lo necesita cuchillas o maquinilla de afeitar.

  • Una toalla de microfibras.

  • El móvil, cargador y batería externa para trayectos más largos.

  • Una navaja multiusos, frontal y mechero.

  • Saco de dormir ligero.

  • Tapones para los ronquidos de la noche.

  • Cantimplora de un litro.

  • Un par de bastones de trekking.

  • Dos o tres mudas.

  • Dos o tres pares de calcetines.

  • Un par de camisetas de poliéster. Las camisetas de algodón no transpiran y tardan mucho en secar.

  • Imperdibles y pinzas por si quieres colgar la ropa que has lavado en el albergue por fuera de la mochila para que seque mientras caminas.

  • Un par de pantalones de senderismo.

  • Una sudadera o chaqueta ligera.

  • Una capa de agua con cubremochila.

  • Un gorro, gafas de sol, protección solar de tamaño mini.

  • Para los meses de invierno se recomienda llevar un polar en vez de chaqueta, un cortavientos impermeable en vez de capa, guantes y una braga, así como un saco de dormir más espeso. Puedes incluso llevar unas mallas para llevar debajo de los pantalones. Te recomendamos que te gastes más dinero en material de mayor calidad ya que normalmente el material de calidad suele abrir más siendo más ligero.